miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL DÍA QUE NACÍ YO...

Si el sistema no te quiere, no tienes porqué quererlo tú. Lo más sencillo, como siempre es meter la cabeza en el suelo, al más puro estilo "avestruz", y no decir o hacer nada. Formar parte del incontable líquido que fluye a favor de la corriente. Supongo que todo sería más sencillo y estaría mejor visto, que fuera otra artista más sin voz ni voto. Que formara parte de ese extenso grupo en el que es mejor no pronunciarse. Respeto el estilo, pero no es el mío. Aún me queda algo de idealismo, para seguir luchando (aunque sea con un humilde granito) por un mundo mejor.
Un país en el que la cultura, educación y derechos mínimos, favorecieran el pleno desarollo del individuo. Un sistema político al servicio del ciudadano y no al pleno servicio de los bancos. Un país rico en oportunidades que incentivara y protegiera a los trabajadores y familias, y que no diera la espalda a su pueblo. En el cole, nos decían que el poder era del pueblo y para el pueblo, no? Mi madre me parió cuando se aprobó la Constitución, coño! Fue votar y romper aguas!!!!  





Pero desde luego no creo en un sistema que deja impunes a ladrones de alto standing, y que decreta libremente a golpe de absurdas mayorías absolutas. Pensaba que el nepotismo había sido derrocado, pero no.
Disculpen mi atrevimiento. Es tan sólo el pensamiento de una ciudadana más al ver como se atenta contra los derechos más fundamentales de las personas, como el derecho a un trabajo y vivienda digna, a una sanidad decente y una educación completa para poder tomar decisiones con conocimiento, a la libertad de expresión y reunión, y sobre todo contraria a este absurdo servilismo económico que nos lleva a la más extrema pobreza.

Que dios, o lo que sea, se apiade de nosotros. 
Sea lo que fuere, lo que venga... el destino está en nuestras manos. No lo olvidemos.

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