Hoy es tarde de estudio y hace frío. Estoy bastante emocionada. Acabo de hacer una llamada y me doy cuenta que a parte de "caquitas" en el camino, siempre encuentro "flores" extraordinarias. Esas personas que detienen por un momento sus cosas para dedicarte un buen consejo, brindarte ayuda o compartir desinteresadamente algo muy valioso. A veces me cuesta pedir ayuda. Estos últimos años me ví ayudando a un montón de gente que poco me brindaron a cambio, incluso si pudieron pegarme un pisotón no dudaron en hacerlo. Pero es importante que estas cosas no nos cieguen, para ser capaces de detectar a los ángeles de nuestro camino. Hay muchos también. Pueden estar en cualquier lado. Aparecer en cualquier momento.
Hoy es de esos días que me acuerdo de los sabios consejos y cafés compartidos con amigos, con gente importante de la Industria, de las Artes. Sin la ayuda de todos ellos todo esto habría sido aún más duro. Sé que he elegido el camino del trabajo. Y que estoy forjando mi propia marca. Pero como cuenta Coelho en "El Aleph", hoy me siento como el Bambú Chino. Siento que estoy echando unas raices muy fuertes de muchos metros por debajo del suelo. Y que en cuanto salga a la luz, creceré hasta 25m rápidamente.
Y ya podrán venir vientos y tempestades...
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